Tacos de lengua

Amador Narcia

Según un estudio, un 90% de las frases factuales dichas por el mandatario mexicano no corresponden a los datos y estadísticas confiables, incluso de su propio gobierno.

El presidente Andrés Manuel López Obrador es muy dicharachero. Tiene frases para todo.

Desde las inolvidables “¡cállate, chachalaca!” o “¡al diablo con sus instituciones!”, hasta cantaletas contra el neoliberalismo y el neoporfirismo, y sus estigmatizaciones: “callan como momias”, “estado de chueco” y la tan actual “Suprema Corte de Injusticia de la Nación”.

Hace unos días, el Presidente se despachó varias aseveraciones cuestionables, en su mensaje por su Sexto Informe de Gobierno, ante un Zócalo lleno y ensillado, lo que no pasó desapercibido.

Por ejemplo, para la organización “Verificado”, que analizó el discurso e identificó 19 frases factuales, que lo explican como “dichos o datos comprobables”, de las cuales 10 resultaron ser falsas, 7 engañosas y 2 verdaderas.

Es decir, puntualiza el estudio: “un 90% de las frases factuales dichas por el mandatario no corresponden a los datos y estadísticas confiables, incluso de su propio gobierno”.

Se analizaron las 11 mil 11 palabras (siempre tiene un toque místico AMLO) que empleó en su discurso.

“Ya es una realidad en 23 estados el sistema de salud universal y gratuito para personas sin seguridad social, conocido como IMSS-Bienestar. Este sistema de salud pública ya es el más eficaz en el mundo. Dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”, aseguró el Presidente.

Al respecto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) señala que: “Existen entidades federativas que no cuentan con hospitales de tercer nivel de atención, lo cual agrega obstáculos para las personas sin seguridad social. En muchas entidades federativas no hay suficiente personal especializado lo cual agrava al analizar zonas rurales. Esta situación implica que las personas sin seguridad social tengan que desembolsar parte de su ingreso para procurar los servicios de segundo y tercer nivel incrementando la probabilidad en incurrir en gastos de bolsillo o catastróficos”.

Tan exagerada resultó su aseveración, que el propio Presidente tuvo que reconocerlo, cuando se le preguntó si era una broma o para hacer enojar a sus opositores, el dicho de que el IMSS-Bienestar es mejor que Dinamarca.

“No para hacerlos enojar, sino porque… ¿cómo se le llama en el periodismo? Para que hubiera miga, eso para que tuvieran algo que decir, porque luego se enojan mucho y dicen: ‘A ver qué le sacamos’. Entonces, yo, yo, yo les voy a dar nota, a ver, ahí va, ahí va. Les di dos o tres: les di esa y les di lo de la votación. Ah, cómo cuestionan eso, ‘¡uy!: ‘A mano alzada’”, dijo el Presidente.

-Ah, ¿fue plan con maña?, se le insistió.

– Claro, reconoció el mandatario.

Aseguró también que “antes de finalizar su gobierno se dejará de importar el 90 por ciento de los combustibles”, además de que “a finales de este año seremos autosuficientes en gasolinas, diésel y turbosina”.

El dato es impreciso: El 19 de julio, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, sostuvo: “En septiembre, solo se van a comprar 52 mil barriles diarios y en el primer trimestre del 2025, con la entrada en pleno de la coquizadora de Tula, vamos a lograr el 98 por ciento de combustibles”.

De lengua se come un plato.

Monitor republicano

Sí, la aprobación de la Reforma Judicial fue una marranada. Antes las hacía el PRI, ahora las hace Morena.

¿Por qué? Porque al Presidente se le pega la gana y todos quieren quedar bien con él, antes de que supuestamente se vaya.

Pero si lo de la Cámara de Senadores fue un asco, lo de los congresos locales fue una obscenidad. En Oaxaca se aprobó la misma madrugada en tan solo seis minutos. ¡Caracho!

anarciae@gmail.com

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